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Actividades en salas cerradas

Hoy en día la celebración de reuniones, cursos y seminarios es algo habitual en la mayor parte de las empresas. Para la organización de esto tipo de eventos hay que tener presente las siguientes consideraciones si queremos garantizar su accesibilidad

• Los accesos, servicios comunes, parking, el interior de edificio y los aseos han de ser accesibles. Podemos recurrir al alquiler de cabinas de aseo portátiles adaptadas. Todos los accesos han de estar correctamente iluminados, sin zonas de demasiado contraste.

• Si el ponente tiene alguna discapacidad o es usuario de silla de ruedas, debemos procurarle acceso al estrado. Tenemos siempre la opción de alquilar una rampa portátil.

• Si se proyectan audiovisuales, hay que comprobar que resultan legibles desde cualquier punto de la sala. Si es necesario se reubicarán asientos y se aumentará el tamaño de la letra en las presentaciones.

• Se reservarán zonas específicas para personas con discapacidades auditivas o visuales. En la medida de lo posible estarán situadas lo más cerca posible el escenario o estrado, y próximos a los accesos, pero siempre en condiciones análogas al resto de los asistentes.

• El local estará dotado de sistema de bucle magnético, para facilitar la audición de los usuarios de audífono. Si es posible se contará con los servicios de un intérprete de lenguaje de signos. El intérprete estará bien iluminado, y dispondrá de un micrófono para poder traducir las participaciones de las personas con discapacidad.

El área de ocupación de una silla de ruedas cuando el acceso es frontal es aproximadamente de 80cm de ancho y 120cm de espacio libre en profundidad. Si el acceso es lateral, será necesaria una mayor profundidad, no menos de 150cm.

El uso de sillas que no sean fijas permite la posibilidad de que sean desplazadas o eliminadas para poder acomodar a las personas usuarias de ayudas técnicas. Las butacas fijas son menos flexibles.

Las butacas deberían estar dotadas de reposabrazos abatibles; el espacio entre filas será como mínimo de 50cm para permitir un cómodo acceso a personas de talla alta, corpulentas, o con problemas de movilidad.

Habrá que comprobar que la persona en silla de ruedas no se convierte en un obstáculo visual para el resto de los espectadores, y que tampoco interrumpe  o entorpece una posible evacuación de la sala.

 

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