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Entorno de trabajo accesible

A continuación señalamos las características que debe tener un entorno de trabajo accesible, entendiendo que nos referimos a que ha de ser accesible tanto para los trabajadores como para los clientes y visitantes de las instalaciones.

Las recomendaciones que presentamos son en su mayor parte generales; en aquellos puestos de trabajo en los que trabaje una persona con discapacidad habrá que hacer un estudio más en detalle para permitir una mejor adaptación del puesto a la persona. Debido a la gran variedad de discapacidades y de tipos de trabajo es necesario este estudio posterior en el que personalizar el puesto de trabajo con las modificaciones y ayudas técnicas más adecuadas a cada caso.

Espacio y circulaciones

Los itinerarios desde los accesos y los ascensores hasta el lugar o mesa de trabajo han de ser accesibles. El entorno de la mesa de trabajo ha de permitir la circulación y el acercamiento de la persona con discapacidad usuaria de silla de ruedas o de otras ayudas técnicas.

Adaptaciones

Es probable que sea necesario realizar adaptaciones específicas en el puesto de trabajo para adaptarlo al usuario. Para ello debemos hablar en primer lugar con el trabajador, para conocer sus capacidades y sus preferencias. Existen consultorías y expertos que pueden ayudarnos en esta adaptación.

Algunas pueden ser bastante sencillas. Por ejemplo un trabajador con discapacidad auditiva sólo necesita adaptaciones que suplan  la información que se transmite por medio de sonidos: una sirena, un timbre,… estos dispositivos pueden complementarse con un mecanismo de aviso visual como una luz intermitente.

Iluminación

La iluminación ha de estar adaptada a la actividad que desarrolle el usuario. Debemos reducir los contrastes, creando zonas de transición al pasar de una estancia o zona de trabajo a otra para permitir que el ojo tenga tiempo a adaptarse.

Otro factor a evitar son las reflexiones sobre las zonas de trabajo y los monitores; estas reflexiones suelen provenir de ventanas por las que entra demasiada luz natural o por el uso de luminarias inadecuadas. También pueden ser debidas a una inapropiada colocación de las mesas de trabajo (por ejemplo de espaldas a una ventana).

Al plantear el diseño de la iluminación de la oficina se debe tener en mente en primer lugar las posiciones ocupadas por los monitores informáticos. Ninguna ventana debe encontrarse delante o detrás del monitor, el eje de la vista del usuario debe ser paralelo a la línea de ventanas. Estas deberán contar con algún mecanismo de filtrado de la luz: estores, cortinas,...

Las filas de luminarias discurrirán paralelas al eje de la vista de los usuarios y a las ventanas. Las fuentes de luz estarán fuera del campo de visión del usuario mientras desarrolla su tarea.
No debe haber luminarias visibles por debajo de un ángulo de visión de 30º; si las hubiese se apantallarán usando pantallas que repartan la luz adecuadamente.

Al colocar lámparas de mesa individuales se vigilará que no produzcan molestias a otros usuarios.

Iluminación solar

La iluminación solar es muy variable, tanto en intensidad como en ángulo. Sus ventajas son más subjetivas que reales: es una luz con una importante componente horizontal que modela superficies y define texturas, proporciona variedad visual,...

La mayor parte de los usuarios prefieren la luz natural a la artificial por considerarla mejor, pero realmente la ventaja a la que se refieren los usuarios no es la mejor iluminación, sino la presencia de ventanas, que proporcionan calidez, vistas y posibilitan la ventilación natural. En muchas ocasiones el disponer o no de ventana en el despacho es visto como una cuestión de estatus.

La falta de ventanas y vistas al exterior aumenta la presión y la sensación de claustrofobia, pero en cuanto a permitir una iluminación óptima constituyen un gran problema más que un beneficio.

Iluminación por dos componentes

Una solución al  asunto de la correcta iluminación es lo que se denomina iluminación por dos componentes: se trata de usar una luz general indirecta de tipo difuso y complementarla con una luz directa sobre la zona de trabajo.

Este método de iluminación crea una luz ambiental agradable, y elimina los contrastes y buena parte de los reflejos y deslumbramientos provenientes de las luminarias de techo.

También es una manera económica de iluminar, ya que la iluminación general puede ser baja, concentrando la intensidad mayor en áreas de trabajo pequeñas, que sólo estarán encendidas cuando el usuario esté en ellas. Iluminando de la manera tradicional, hay que dotar a la iluminación de techo de una mayor potencia (con un mayor gasto y mayores posibilidades de producir deslumbramientos o reflexiones) y no puede apagarse cuando los puestos no están ocupados.

Como valores de referencia podemos tomar unos 200lux para la iluminación general y entre 500-1000 lux para el área de trabajo (según la actividad).

Las luminarias con óptica asimétrica se utilizan para iluminar el área de trabajo; por su diseño garantizan una alta intensidad de luz con una baja luminancia. Estas luminarias se colocan a un lado del usuario: a la izquierda si es diestro y a la derecha si es zurdo, nunca de frente.

La distribución asimétrica de la luz es una característica de la iluminación tecnológicamente avanzada, que gracias a su reflector optimizado dirige los rayos de luz en modo indirecto y a lo largo de la superficie de trabajo. La distribución de luz asimétrica es uniforme en todas las direcciones.

Estas son las ventajas de la luz asimétrica sobre el puesto de trabajo.

  • No hay contacto visual directo con la luminaria
  • No se producen reverberaciones directas ni indirectas
  • La luz se distribuye de manera uniforme sobre grandes superficies de trabajo.
  • No aparecen sombras sobre el área de trabajo
  • Contraste adecuado entre el puesto de trabajo y su entorno más cercano

Control del Ruido

El trabajo, sobre todo en el sector terciario, se caracteriza por que las tareas que se realizan exigen mayor nivel de concentración que en otros sectores, es por ello necesario que se puedan crear entornos con un nivel de ruido bajo que favorezca la concentración. Un lugar de trabajo ruidoso hace que se consuma hasta un 20% de la energía total en concentrarse.

Está demostrado que el ruido es causa de falta de concentración, de errores, de sensación de estrés, aumenta la agresividad y el absentismo, y si es demasiado alto y continuo puede provocar lesiones severas.

El ruido y la reverberación excesiva son obstáculos para una comunicación oral eficaz ya que afectan a la inteligibilidad y confidencialidad del mensaje, en especial cuando existen usuarios con discapacidad auditiva.

En especial habrá que vigilar y reducir el ruido proveniente de equipos de impresión, fotocopiadoras, CPU’s y de equipos de climatización.

Un exceso de superficies pulidas, vidrio y elementos metálicos aumenta la reverberación. Esta puede controlarse mediante el uso de techos acústicos, o mediante la colocación de pantallas fonoabsorbentes en mamparas o armarios.

Otros factores: estética y proxemia

Sin lugar a dudas la estética, el color y el diseño del mobiliario influyen en el ánimo y en la capacidad de concentración del usuario. Como diseñadores hemos de conocer los fundamentos del color y  su influencia en la persona.

El lugar de trabajo es también escenario de una importante interacción social, sin embargo no hemos de olvidar que el puesto de trabajo es también un espacio personal, en el que el usuario quiere tener su espacio íntimo. Por ello el puesto de trabajo ha de tener unas dimensiones mínimas que garanticen la existencia de esta zona íntima, incluso para aquellos usuarios con discapacidad, que necesitarán espacios tal vez mayores.

La proxemia señala las siguientes distancias:

Distancia íntima: 15 y 45 cm. Es la más guardada por cada persona. Para que se de esta cercanía, las personas tienen que tener mucha confianza y en algunos casos estarán emocionalmente unidos, pues la comunicación se realizará a través de la mirada, el tacto y el sonido. Es la zona de los amigos, parejas, familia etc. Dentro de esta zona se encuentra la zona inferior a unos 15 centímetros del cuerpo, es la llamada zona íntima privada.

Distancia personal: 46 y 120 cm. Esta distancia se da en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con la que estamos manteniendo la conversación.

Distancia social: 120 y 360 cm. Es la distancia que nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos ninguna relación amistosa, la gente que no se conoce bien. Por ejemplo: la dependienta de un comercio, el albañil, los proveedores, los nuevos empleados, etc.

Distancia pública: más de 360 cm. Es la distancia idónea para dirigirse a un grupo de personas. El tono de voz es alto y esta distancia es la que se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas.

En algunos casos, como en las mesas agrupadas, recurriremos a elementos de separación lateral y frontal, que garantizan esta privacidad y a la vez sirven de soporte de distintos accesorios.
Por otro lado, para conseguir un espacio personal es necesario que sea posible la “personalización” del puesto de trabajo. Hoy en día la mayor parte de los fabricantes de mobiliario incorporan elementos que permiten la personalización: etiquetas identificativas, cajones personales, paneles de separación,…

 

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