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Diseño antropométrico

EL HOMBRE MEDIO.

Trabajo de G. D. Daniels sobre la antropometría de 4063 empleados de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas (Daniels, 1952):
De 4063 hombres, 1055 eran de estatura media.
De esos 1055, 302 también tenían la circunferencia del pecho media.
De los 302, 143 tenían la longitud del brazo media.
De los 143, 73 tenían la altura del perineo media.
De los 73, 28 tenían medio el perímetro de los hombres.
De los 28, en solo 12 el perímetro de las caderas era medio.
Y de los 12, solo en 6 era medio el perímetro del cuello.
De los 6, 3 tenían el perímetro de la cintura medio.
De los 3, 2 el de los muslos.
De los 2, ninguno tenía la longitud perineal media.

Diseño para extremos

A la hora de diseñar podemos pensar en el individuo medio, con sus medidas antropométricas medias, pero diseñando así estaremos haciendo que el entorno u objeto no sea accesible al gran número de usuarios que se alejan de la medida media.

Es preferible diseñar espacios u objetos que estén adaptados no a las dimensiones antropométricas medias de los individuos, sino precisamente a los extremos de esas medidas, tanto el mínimo como el máximo, para dar cabida a un mayor número de personas.

Por ejemplo: a la hora de diseñar un puesto de trabajo, o un panel de control, podemos pensar en la longitud de brazo media, pero entonces las personas con menor alcance tendrían dificultades para manipular ese panel;  sería mucho más accesible diseñarlo pensando en el menor percentil de esa medida, ya que englobaríamos a todos los usuarios: los de brazo corto, medio o largo.

Un ejemplo de máximos podría ser el diseño de una puerta: podríamos hacer los huecos de puerta pensando en un individuo estándar (así que nos llegaría con una puerta de poco más de 185cm de alto y unos 65cm de ancho) pero no lo hacemos así, pensamos en los máximos para que las personas altas no se golpeen la cabeza y para que los usuarios de silla de ruedas puedan atravesar el umbral.

Diseño para un intervalo ajustable

Cuando no resulta posible el diseño de un elemento para extremos entonces sólo hay dos opciones: o se recurre a dimensiones medias (lo cual sabemos que excluirá a cierto número de usuarios) o se opta por el diseño de elementos ajustables o regulables.

Un ejemplo de este caso serían las sillas de trabajo con sus regulaciones de altura, de profundidad del asiento, de inclinación del respaldo,… de tal manera que una misma silla puede ser utilizada con las mismas condiciones de confort por un gran número de usuarios de tallas distintas.

La parte negativa de esta opción de diseño es su elevado coste en relación a los elementos fijos.

Diseño para la media

Diseñar para la media en ocasiones es diseñar para un individuo que en realidad no existe, y con ello sólo conseguimos crear productos que presentan incomodidades para un amplio rango de personas.

Volviendo a retomar el ejemplo de la silla de trabajo podemos hacer la siguiente consideración:
Supongamos cinco personas con unas alturas poplíteas (la distancia desde el suelo hasta la parte más baja del hueco poplíteo en posición sedente, es la medida con la que se dimensiona la altura de los asientos) de 32, 33, 39, 40 y 43.

La altura media sería de 37,4cm. Si diseñamos un asiento fijo con esa altura, a dos de los usuarios (32 y 33cm) les colgarán las piernas y tendrán las molestias que ocasiona la compresión de los muslos.

El resto de los usuarios también estarían incómodos (sobre todo los de 40 y43cm) al no tener las piernas en un ángulo correcto de 90º.

Diseñar para la media suele ser un error, y sólo debe hacerse cuando esa dimensión antropométrica no tiene excesiva importancia, o cuando una solución de otro tipo es demasiado costosa.